¡Bienvenidos! Este es el blog de la línea de investigación "Prácticas educativas y procesos de formación" Maestría en Educación - Facultad de Educación - Pontificia Universidad Javeriana - Bogotá, Colombia

martes, 31 de julio de 2007

Formación

La formación es una categoría asociada a las nociones de Paideia (designa la cultura como cultivo de dotes de la persona) y Bildung (refiere al estar construido y formado como persona). Por lo tanto, la formación es inseparable de la noción de cultura. Mediante la formación, entendida en su sentido más amplio, tienen lugar los procesos de inculturación, que ponen en marcha las sociedades para integrar a las nuevas generaciones a la tradición cultural, que gracias a estos procesos también se renueva. La formación puede entenderse desde un doble punto de vista, es el proceso por el que se adquiere cultura y a la vez esta adquisición en cuanto patrimonio de la persona culta. Más que de posesión de bienes culturales se trata es de lograr una asimilación reflexiva de la propia experiencia cultural.

La categoría de formación se ha desarrollado desde un punto de vista educativo especialmente en el contexto del humanismo ilustrado, que la ha relacionado con el despliegue gradual de las potencialidades de la persona. El resultado de la formación no se produce a la manera de los objetos técnicos, sino que surge del proceso interior en constante progresión entre formación, conformación y transformación. Como indica Gadamer, en la formación uno se apropia por entero aquello en lo cual y a través de lo cual se forma. Gracias a la formación en sus diversos sentidos (teórico, práctico, de adquisición de capacidad de juicio, de sentido común, de tacto y de sensibilidad histórica), puede accederse a la generalidad de una forma de vida o comunidad concreta.

La formación en el sentido antes descrito, debe distinguirse de la formación integral de la persona, en cuanto propósito intencional de la educación como proceso institucionalizado. Este nuevo sentido, designa un enfoque o forma de concebir la educación centrada en la persona como una totalidad, que reconoce las dimensiones humanas en permanente interrelación y despliegue, presentes siempre en todos los ámbitos de la existencia. Se trata de una educación que busca propiciar el desarrollo armónico de todas las dimensiones del ser humano. (Campo, Rafael y Restrepo, Mariluz, 2000).

En consecuencia, deben distinguirse los procesos de formación y deformación que ocurren en distintos contextos (calle, familia, medios masivos de comunicación, grupos de pares, etc.), de los procesos educativos institucionalizados, tanto en su sentido formal como no formal. La formación integral propuesta en la institución educativa no parte de la nada, sino que obra sobre una interioridad pre-formada; por tal razón debe referirse y generar identidad en relación con los procesos naturales de socialización primaria y de subjetivación que están a su base.

La universidad constituye un espacio complejo de formación que incide en la construcción de la persona gracias a la síntesis de múltiples experiencias vividas por el educando, en el contexto de las relaciones consigo mismo, con su entorno y con los otros. En su dimensión académica, la universidad combina la adquisición y desarrollo de competencias especializadas en los campos disciplinares, profesionales y de prácticas, con la formación de criterios orientadores en los ámbitos de la ética, la estética y la política. Ellos deben garantizar el logro gradual de la autonomía frente a la heteronomía, y de la libertad y la responsabilidad, frente a los condicionamientos y la anomia que caracterizan a los contextos sociales donde se desenvuelve la persona en formación.

La tarea formativa es responsabilidad de toda la comunidad universitaria y corresponde a la institución, a través de sus funciones de docencia, investigación y proyección social, ser medio, crear y ofrecer espacios que propicien formación integral. No obstante, el darse forma es un deber que cada uno tiene consigo mismo, formarse es entonces autoformarse, llegar a ser uno mismo, gracias a una apropiación coherente y reflexiva del propio proceso vital y socio-cultural.

Como se ha señalado en las preguntas y supuestos fundamentales de la línea, existe una relación fundamental entre las prácticas educativas tanto en sentido amplio como en las desarrolladas en la institución educativa (docentes, de enseñanza, evaluativas, etc.) y la formación. En consecuencia se hace necesario explicitar los efectos formativos de estas distintas formas de práctica.

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